Olas de Mar

 Mar nació con nombre de oleaje y así llegó a ser Mar. Una marea a la que le influye la luna llena, que viene, que va, que arrastra, que mueve la arena a su paso, que deja conchas en la orilla, burbujea y hace espuma, se convierte en ola, llega y se va... y así es Mar.
 Sencilla y natural como el agua misma, cuya gota en sí no parece nada pero consigue reunir más de mil gotas a su alrededor, que sin ellas tampoco sería nada, hasta llegar a conseguir formar como el mar, su propio mar. 
 Decide evaporarse en nubes en ocasiones y cuando lo considera (quién sabe el motivo o la causa) deja derramarse en agua para respiro de una tierra seca y volver a llenar caudales (resulta prepotente lo sé, y ella también lo sabe).
 Pero sigue volviendo al mar, y como la misma naturaleza que el mar posee, a veces se agita, se remueve y hay oleaje. Otras, está en calma y se puede notar la brisa y disfrutar de un relajante paseo en barca.
 Es reflejo de ese azul del cielo que nadie sabe a ciencia cierta si es el cielo azul por el mar, o es el mar azul por el cielo; y ese reflejo solar que a veces gusta observar pero otras quema. 
 Y sigue guardando sus misterios submarinos dentro: peces insospechados, vegetación en forma de algas, restos de un naufragio... Y entonces entiende la gente que por algo, se llama Mar.
 Nunca me gustó mi nombre, pero sigo y seguiré siendo Mar.

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