Sueños eólicos

 Todos tenemos un sueño recurrente. Vale, sé que hay personas que no recuerdan lo que han soñado por la mañana, pero eso no es algo que suceda siempre. Yo soy de las que siempre se acuerdan (y a los que estén intrigados sobre si se sueña en color o en blanco y negro les digo que sí: se sueña en color, y es más, se pueden percibir sonidos e incluso olores).
 El recurrente común a todos suele ser el de encontrarse de pronto descalzo por la calle, sin zapatos. Yo ese lo he transformado muchas veces (o mejor dicho, mi subconsciente, que tiene vida propia) y me encontraba intentando coger la pareja de un zapato caída en alguna parte tipo pozo. Pero ese no es en la actualidad mi sueño recurrente.
 El que es en la actualidad mi sueño recurrente es que de pronto corre mucho viento en la ciudad; el día se vuelve gris oscuro y de pronto empieza a correr una fuerte racha de viento. No llego a ver torbellinos, ni tornados, las cosas no giran por el aire, pero sí noto que sopla fuerte, muy fuerte y todo lo arrastra, lo empuja, lo mueve. 
 Lo que me asombra de ese sueño, es que normalmente lo que una se espera es que la cosa no acabe bien, te sientas elevada por los aires y acabes aterrizando en la cama... Sí, esa sensación de caída repentina, que es cuando abres los ojos y te despiertas. 
 No, en mi caso, en ese sueño, siempre logro llegar a casa. Me siento resguardada, pero intranquila; con esa inquietud enorme de mirarlo todo desde la ventana.
 Hoy ha amanecido un día de bastante viento, pero curiosamente no he soñado con ello. Y he visto el pino que tengo en el balcón (uno de esos pinos de navidad de hace 4 años que todavía conservas) tendido en el suelo, y mi primera acción ha sido darle cobijo dentro. No me apetece salir de casa, tampoco sé si será por mis sueños... pero siempre te queda eso.

1 comentario:

Miguel Angel Salamanca dijo...

Mi sueño recurrente solo se parece en la caída. Sucede en la casa de mis padres y parece que huyo de ella saltando por el balcón y cayendo infinitamente(y eso que es un primero bajo). Pero tienes razón, se percibe todo: el color verde del balcón, las macetas de mi madre y sobre todo, la inmensas cosquillas en el estómago....