Ring, Ring......

Tengo un gran amigo que cada vez que llama por teléfono y le respondes, siempre dice lo mismo. No, no es un "hola", no es un "qué tal"... Siempre pregunta: "¿Qué haces?"  y siempre respondo igual: "Contestar al teléfono, tú que crees que estoy haciendo..." Si es que hay cosas tan lógicas que ya hasta te da vergüenza contestar. Y es que son de estas preguntas tan típicas-tópicas, de estas que vienen estipuladas, vamos de manual, como si fueran la contraseña para dar paso a algo; en este caso la conversación telefónicamente hablando, claro.
 Cuando suena el teléfono hoy en día con esto de la identificación de llamada ya directamente saludas al sujeto; pero antes - (ya empiezo a decir eso de "en mis tiempos" en plan abuelita cebolleta.....aaaggg)-, cuando simplemente sonaba el teléfono y no se tenía más remedio que contestar para saber quién era tu interlocutor, había que elegir la manera de preguntar. Por la pregunta ya se puede intuir la clase de persona que eres; con dos simples palabras y un interrogante. Los hay que prefieren decir: "¿Quién es?" - aquí es el individuo que ya va directamente al grano, tonterías las justas- o los de "¿Dígame?" -ya dispuestos a oír a quien sea, sea quien sea- (estos prometen conversación larga, creedme). Yo me muestro reacia a esta última fórmula: siempre he pensado que cuando escuchas al otro lado lo de "¿Dígame? da una tentación inevitable responder sencillamente "ME".
 Así que yo soy de las que al coger el teléfono dicen un escueto y contundente: "¿Sí?". Si, sí, sólo un sí... sin más. Es la fórmula perfecta: no preguntas quién es, no les estás dando paso al dígame , y además todos sabemos lo grato que es en la vida cuando alguien te dice: SI.

1 comentario:

Nicky dijo...

Yo también respondo como tú al teléfono...