Mi Brújula

La Brújula Pirújula
¿Qué es una brújula? 
Probad a preguntar a quien tengáis al lado. Como es tan evidente que todo el mundo lo sabe se parará a pensar dónde está la trampa. A vosotros os lo he puesto fácil. Que si alguno aún no ha caído en la cuenta, por favor que se lo haga mirar. Una brújula no es otra cosa que una mujer con una escóbula
 A mí siempre me han dicho que soy medio bruja - bruja entera diría yo, no me quitéis partes-. No me importa, les cogí hasta aprecio a pesar de aparecer siempre como las malas del cuento.
 Hubo una temporada que me dio por pedir brujas; me apetecía coleccionar brujitas, pero la gente no es algo que vaya buscando ni que vaya a encontrar fácilmente. Me resulta divertido pensar que cuando por casualidad ven una en alguna tienda de objetos varios, se acuerden de mí (relacionarme con una bruja no es moco de pavo... hay que saber llevarlo con total dignidad)
 Ésta que veís en la imagen es mi Brújula. Me la trajo O hace ya 11 años aprovechando su estancia en Alemania. Cuando me preguntó que quería de allí, no me lo pensé dos veces: una bruja. Pero le puse una  condición: tenía que ser la más fea que encontrara; si no, no era una verdadera bruja. Yo estaba buscando la bruja de los cuentos, la malvada. Así que a O le vino de perlas tal encargo: le dí la excusa perfecta para visitar la localidad de Brujas y comprarme el regalo. 
 No me cabe la menor duda -ni hace falta que os lo explique- que escogió la más fea, porque es fea de ganas. Recuerdo que cuando la ví al desenvolver el papel de regalo, me entró esa sensación de frustración infantil que daba cuando en vez de la muñeca te encontrabas un pijama o un jersey... Duró sólo un instante, porque aquella bruja justo era la que andaba buscando. Perfecta en su imperfección, con su escoba y nariz afilada.  
 La tengo en mi cuarto, junto a la ventana, colgada del tirador de la cortina (no está ahorcada, eh? que tiene una cuerdita que va del gorro a la espalda). Para tomar la foto la he cambiado de lugar, creo que ha sido la única vez que la he movido en años. 
 Yo que siempre tengo la ventana abierta, hace gracia verla allí, sobretodo cuando llega la noche, con su escóbula preparada para salir volando en cualquier momento. 
  Alguna vez la he tenido que castigar cara a la pared. Han sido las veces que he tenido visitas infantiles en casa: no pueden pegar ojo si la ven (ahora que lo pienso, a ver si va a ser ella la causante de mi insomnio marejado...).
 De nuevo vuelve a estar custodiando la ventana, tras la sesión fotográfica a la que le he sometido. Yo creo que por unos instantes la he hecho sentirse por fin la protagonista admirada del cuento. Miradla de nuevo un poco mejor, es sensación mía o no os parece que su sonrisa se ha vuelto menos malvada... 

2 comentarios:

Ana María Muñoz dijo...

Fan de las brujas total!!Pero a mí me gustan más guapas(embrujadas) porque la tuya puede ir a hacerle compañía a otro de los personajes que más miedo me dan:Los payasos y las monjas de clausura (en mi mente me refiero ja,ja).Ya sabes traumas infantiles con los cuentos(la bruja mala),y Stephen King (IT) y Jaume Balagueró (La monja)....hicieron el resto.:-) P.D.He leido el texto sin poder admirar la foto ¡¡lo siento!!.

Mar Morales Cubillo dijo...

Payasos también tengo alguno en mi cuarto, y sí la verdad es que son un poco siniestros... De todas formas también hay mucho payaso en el mundo... casi me fío más de los que vienen en forma de muñeco, jajajaja.