¿Café? No, vermouth

 Nunca me como la aceituna que te ponen en el vermouth y no es porque no me gusten las aceitunas, sería algo irónico con la de olivos que hay en mi familia (y no estoy llamando cara-aceituna a ninguno, ya se me ha entendido), simplemente es una costumbre adquirida desde que tengo uso de conciencia, o mejor dicho, desde que ya se admite que en la hora del aperitivo en lugar de pedir el mosto (tampoco me comí nunca la guinda roja, pero esa si es verdad que no me gusta) pidas el vermouth.
 Es una de estas manías o peculiaridades que una va adquiriendo sin más, que tampoco tiene mayor explicación más que simplemente es un ritual que repites por eso de no perder la costumbre. 
 Nunca me como la aceituna del vermouth. Pero tampoco se queda en el vaso: siempre la ofrezco, y siempre hay alguien que enseguida la devora. Eso no falla.
 A veces es un engorro, porque yo no sé la mala idea de algunos camareros, de enterrarla entre los hielos y ni el palillo asoma. Y de pronto te ves haciendo malabarismos con la copa para evitar el 'momento-asquito' de tener que sumergir los dedos (hay quien no tiene reparo alguno, pero una para esas cosas si que es algo escrupulosa... podéis respirar aliviados)
 ¿Y yo por qué estoy hablando de la aceituna que te ponen en el Martini? (al final mencioné la marca). Pues no tengo ni idea, supongo que me estaba acordando de los que me tomé ayer. Simplemente es otra de esas cosas sin explicación aparente...

No hay comentarios: